domingo, 17 de febrero de 2013


REGRESO A CLASES, EMOCIONANTE PERO ESTRESANTE

En algunos países comienza el año escolar y también las carreras, tareas, maestros, compañeros, todo vuelve a ser normal o nuevo después de la temporada de vacaciones, pero ¿qué significa esto para los niños y niñas?

Pronto los niños y niñas entrarán nuevamente a clases y este suceso que se repite después de cada temporada de vacaciones y que no deja de ser muy, pero muy interesante, en muchos de ellos provoca situaciones de estrés que se manifiestan con miedo, inseguridad o mucha tensión que pueden afectar la salud.
Por ello, en este regreso a clases debemos prepararlos para este momento tan importante para ellos y ellas y tomar en cuenta que los primeros días, siempre son decisivos para su desempeño escolar durante todo el año.
El regreso a clases implica mucha incertidumbre y estrés por varios motivos: 
-    Si es la primera vez que van a la escuela, si regresan a nuevo ciclo escolar, el conocer al nuevo maestro o maestra y pensar en cómo será su relación con ellos. El reencuentro con los amigos queridos, pero también con los compañeros que no caen bien. La emoción de estrenar mochilas, uniformes, libros y todo tipo de útiles escolares que se presumirán a los demás. El temor a la disciplina que de alguna forma se rompe durante las vacaciones, la frecuente aversión a las tareas escolares. La presión en la escuela, la casa, las clases especiales y el control del tiempo minuto a minuto.
Es importante comprender que las vacaciones han permitido el cambio de ciertos hábitos, tanto alimenticios como del sueño, así como en la disciplina y los horarios, por lo que es necesario que se vayan ajustando poco a poco, y para que todo marche bien, sugerimos lo siguiente: 
-       Conversar con ellos sobre la importancia del regreso a la escuela y determinar con ellos lo que se espera de este año y cómo piensan lograrlo. Plantear el regreso a clases como algo positivo y muy importante. Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlas respetuosamente en todo momento. Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse. Responsabilizarlos sobre el cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de la solución de sus tareas escolares. Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.
Pero también durante el año escolar hay que vigilar conductas que nos pueden indicar que los niños y niñas no se encuentran bien en la escuela, como:
-       Llorar todos los días al entrar a ella. Orinarse cuando ya han logrado controlar este reflejo. Simular o presentar dolor de estómago, cabeza, náuseas y otros todos los días. Sentirlos desmotivados y tristes cada vez que salen de la escuela. Quejarse continuamente ante los padres sobre la conducta de maestros o compañeros. Presentar algún signo de violencia o golpe. Detectar baja de calificaciones sin motivo aparente.
 Ante estas señales es importante:
-       Escuchar a los niños y niñas, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
-       Hablar con maestros y directores y comentar los cambios de conducta inesperados.
-       Denunciar cualquier hecho de violencia.
-       Ayudarlos y orientarlos en sus requerimientos.
-       Comentar con los maestros si se piensa que las tareas son excesivas.
-       Estimularlos y felicitarlos ante sus éxitos y orientar sus fracasos y errores para que aprendan de ellos.
Hay que recordar que serán muchos los años que los niños estarán en la escuela y que esa debe ser una etapa de aprendizaje saludable y placentero y no de angustia y temor.

Para el regreso a clases: Loncheras nutritivas, saludables, apetitosas y divertidas.

Haga que sus hijos participen en la creación de su lonchera siguiendo las directrices ofrecidas. Use la creatividad  en la forma y las combinaciones que ofrece a sus hijos en la merienda.
La lonchera debe tener de todo un poco: frutas, mucha agua o líquidos y, en algunos casos,  sería ideal una fuente de grasa, como maní; si en algún momento le incluye una golosina, el chocolate es la mejor opción. Así lo recomiendan nutricionistas.  
Se recomienda no improvisar la lonchera, sino planificar desde la noche antes para escoger  lo más nutritivo para  que su pequeño  sea un gran y saludable  estudiante. La intención es que cada día, al abrir su lonchera, su niño se encuentre con alimentos variados y balanceados presentados en forma agradable de manera que disfrute comerlos.
Y para agradar y sorprender  a su hijo o hija, coloque algún detalle  en la lonchera como  una notita alentadora expresándole su cariño, deseándole que tenga una buena jornada escolar.

Fuente: Cuide su Salud con la Dra. Diane Pérez